Acton funciona como un simulador de vida para pequeños seres humanos, un viaje con guías que reemplazan al maestro tradicional, haciéndoles saber que cada uno de ellos tiene la capacidad decidir su futuro.
 

Estilo Saul

Nos sentamos a conversar con Ana Lucía de Bonifasi (co-fundadora) y Gabriela de Lucas (head de middle y high school) acerca de Acton Academy, un sistema de enseñanza totalmente diferente a cualquier cosa que hayas escuchado antes.

Estando ahí, inmediatamente notamos el entusiasmo de ambas al introducirnos a lo que suena como la enseñanza del futuro, un método a base de experiencia y desarrollo de carácter fundado en la ciudad de Austin, Texas.                    

Pero todo esto cobró vida cuando conversamos con los estudiantes (algo que puedes decir de muy pocos lugares), y si estuviste en el Centro Cultural Miguel Angel Asturias para nuestro #Soné Futuro, les habrás visto vendiendo sus productos como parte del programa -Emprendedores-. Un programa que no simula, pero les sumerge desde el Spark Studio a la experiencia de emprender un negocio real, con inversiones reales y deudas reales. Claro, esta banca se trata de sus padres, pero Gabriela dice que es un programa estrictamente fiel a lo que representa y que muchos quedan debiendo y teniendo que solventar esas deudas.
 

Fue impresionante conocer a Mariano (11 años) y Martín (9 años). Mariano inició una venta exitosa de bolsas de Santa Claus en 2014. El año pasado, decidió repetir la misma visión y contrató a su hermano Martín, quien se encontraba desempleado a causa de las bajas ventas en su empresa. Mariano dice que el mayor reto que enfrentaron fue encontrar nuevos clientes, pues muchos habían comprado el primer año y ya no estaban interesados. Ellos no lograron llegar a su BEP o break-even point, que significa llegar en ventas a la cifra de inversión, pero demostraron una facilidad impresionante para comunicar su visión y dijeron estar negociando la venta de su inventario a sus padres.
 


Ilustración: Gosia Herba

También pudimos conversar con Diego (14 años), quien modeló y diseñó su primer cuadricoptero, experimentando el proceso de desempeño en su diseño a travez de una impresora 3D. Christopher, a sus 12 años, esta actualmente negociando la venta de sus pulsera hechas de paracord o cable de paracaídas a una empresa multí-regional interesada en usarlas como estrategia de mercadotecnia. Si te interesa conocer más sobre Acton escribe a [email protected].
 

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